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CPH:DOX 2024

Crítica: The Flats

por 

- El documental de Alessandra Celesia sigue a un hombre sobre el que pasa el tiempo mientras echa la mirada atrás a su juventud en una urbanización de Belfast durante el conflicto norirlandés

Crítica: The Flats

Con la ayuda de un amigo, un hombre se afana por llevar un pesado ataúd al interior de un edificio. El hombre en cuestión es Joe McNally, natural de New Lodge, y es precisamente el féretro el elemento que constituirá la espeluznante pieza central de varias de las reconstrucciones que tienen lugar en The Flats, el nuevo documental de Alessandra Celesia, que se ha estrenado a nivel mundial en la competición principal de CPH:DOX.

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Con El decálogo de Krzysztof Kieślowski como referencia, Celesia no dudó en escoger New Lodge, un barrio en el que imperan unos cuantos edificios altos, como escenario principal de su película. La elección de este bloque concreto, situado en un enclave católico a las afueras del centro de Belfast, no es fruto de la casualidad, ya que constituye el intrigante escenario de la historia de un hombre al que todavía le atormenta —como a muchos otros de su comunidad— la violencia, a pesar de que ya han pasado décadas de los Troubles de Irlanda del Norte, un conflicto sectario que enfrentó a lealistas (en su mayoría protestantes) y republicanos (en su mayoría católicos) durante unos treinta años y llegó oficialmente a su fin en 1998.

La película gira en torno a Joe, un desgastado republicano que vive en el barrio de New Lodge y todavía no ha superado el trauma ocasionado por la muerte de su tío, al que los lealistas dispararon mortalmente a los 17 años durante el conflicto norirlandés. Celesia, que utiliza el conocido proceso de recreación para dar vida visual a acontecimientos pasados, hace que Joe reproduzca el velatorio de su tío, de manera que se transporta a sí mismo —y al público— a 1975. De pie ante el ataúd abierto, el Joe adulto coloca una tirita sobre la nariz del joven que yace en él a modo de representación del cuerpo sin vida de su tío Cocke. Al tío Cocke le dispararon en la nuca y la bala le salió por la nariz, por lo que la tirita es lo único que Joe recuerda de su velatorio.

Sin embargo, ese no es el único recuerdo angustioso que se manifiesta durante las sesiones de Joe con Rita Overend —una asesora que trabaja para la asociación de prevención del suicidio—, que conforman el eje central de la película. "Sigo viéndolo con ojos de niño de nueve años, sigo viéndolo igual", le confiesa a Rita. El doloroso pasado de Joe se hace aún más inmediato cuando, mediante una serie de recreaciones, regresa a su infancia y observa a un niño que encarna a su yo de nueve años durante el proceso de tratar de consolar a su desconsolada abuela.

Que la representación de acontecimientos del pasado sea un método psicoterapéutico eficaz o no sigue siendo un debate, pero está claro que estas representaciones parecen productivas desde el punto de vista del cine, ya que crean un espacio cinematográfico en el que se mezcla a la perfección el pasado y el presente, un espacio que en la película se complementa hábilmente con material de archivo, con escenas que muestran la vida cotidiana actual del individuo y pequeños fragmentos de vídeos realizados por él mismo. Los recuerdos personales y colectivos siguen confluyendo en The Flats cuando Rita decide acompañar a Joe en un viaje por los rincones más inhóspitos de la memoria, un viaje en el que se vuelve a recurrir al ataúd, pero esta vez para escenificar un momento concreto del funeral de Bobby Sands, uno de los líderes del IRA cuya huelga de hambre de 66 días —seguida de su muerte— marcó un punto de inflexión decisivo en el conflicto.

The Flats está lleno de conmovedoras representaciones de los pequeños momentos privados que tuvieron lugar durante los Troubles. Los ecos de aquel período aún resuenan en New Lodge, en estrecha coexistencia con el abuso de sustancias y la violencia doméstica. El eterno sufrimiento de la comunidad se transmite eficazmente mediante imágenes de archivo en las que predominan los tonos azules y el uso de colores fríos para las secuencias del presente. No obstante, The Flats es mucho más que una historia sobre los recuerdos de un hombre durante el conflicto norirlandés, ya que, en última instancia, se trata de una película que pone de relieve el hecho de que los recuerdos se reproducen en nuestra mente constantemente, como la vida misma.

The Flats es una producción de Films de Force Majeure (Francia), Thank You & Good Night Productions (Bélgica), Planet Korda Pictures (Irlanda) y Dumbworld (Reino Unido). Las ventas internacionales de la película corren a cargo de The Party Film Sales.

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(Traducción del inglés)

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